Saturday, December 25, 2010

Dixie Town: It's all about tone.

Este post es una queja. Una denuncia contra la banda de Pepe Ferrández, Dixie Town, (http://www.dixietown.net/) que anuncia una cosa y en realidad te da otra.

Alguien me había dicho que se trataba de una banda de blues-rock, con aires setenteros, energética y sudorosa en su sonido (sí: el sonido puede ser sudoroso. Si no entiendes ésto, no sigas leyendo). También me habían dicho que podían resultar evocadores.

Menuda (y peligrosa) mentira.

Primero, no se trata de una banda de rock, ni de blues, ni nada de eso. Es un grupo de conspiradores contra el status quo, un sindicato del crimen que se basa en el tono para moverte la visión (o mejor la audición) del mundo tal y como la podías tener configurada tras años de escuchar música de curso legal y de hacer uso de una actitud adaptada, estándar, aborregada, previsible...

Segundo, se trata en realidad de un grupúsculo de inadaptados al main stream, de una célula de alborotadores sónicos, de oscurecedores de las tardes y noches del sonido teñido por lo peor de la miasma etílica, y de la actitud directa. No son músicos, como dicen: son obreros del martillo sónico, operarios de una lanza térmica del tono oscuro y ominoso.

Me encontré con Ozzy Osborne y con Tony Iommi la pasada semana en la frutería y me las apañé para ponerles un tema de Dixie Town, del disco FAT & SUPERB (concretamente "When I'm not glad"). Me miraron como quien se enfrenta a un psicópata y me preguntaron, temerosos, si se trataba de Jon Spencer poseído por Charles Manson tocando una guitarra antigua a través de un ampli con TODOS los controles al 11 (menos el de agudos: para qué cojones sirve el knob de "treble"? eso hay que ponerlo a cero y luego arrancarlo).

Tenían miedo, y sobre la marcha hicieron uso de su móvil para denunciar el caso ante la Comisión Hendrix-Guitar Shorty. Sus integrantes escucharon "My brothers's blues" a través de su teléfono, mostrando una preocupación más que evidente. "Hay sonidos que deberían no ser tan oscuros"- dijo uno de ellos- "todo debe tener un límite". Y, por cierto, ¿por qué el bajo embiste de esa manera el umbral de los tímpanos humanos, si es que alguien me lo puede aclarar?

Tercero, la física y la química se alían rompiendo sus límites y entrelazándolos con los de la óptica. La fuerza y la presión del bajo provocan el goteo de un espeso y oscuro aceite lubricante de camión viejo, y todo ello se tiñe de un manto negro como la noche y dulce como el pecado. Y ese extraño aceite consigue que el pie derecho de las personas de bien cobre vida propia y comience a seguir el ritmo.

Inaceptable. Decían que era un disco, y es una jaula de animales sonoros furiosos. Se trata de la materialización de una pesadilla del bajista de The Posies mezclada con lo peor de la resaca más fría de Matthew Sweet. Afirmaron que era una grabación musical, pero es una conspiración, un atentado contra la monotonía sónica y contra la paz social.

¿Por qué permiten que se venda como música en iTunes lo que es un peligro para la convivencia? Eso no es una guitarra: es una espada de dos filos, algo curvada, de hierro semi oxidado, que precisa de tres hombres para ser blandida. Emite un sonido gordo, denso y grande, que necesita su espacio mientras agota el resto del espacio, que chisporrotea de electrones negros y zumba creando un campo que atrae hasta la más pequeña de las partículas de atención (dios bendito, tengo puesto el disco FAT & SUPERB y mi pie derecho me está dando la razón...).

Warren Haynes cayó con su amplificador dentro del delirio del bajista de The Minute Men, tras agarrarse una kurda muy mala con J Mascis, al que jura haber visto hablar con la voz de su Marshall color púrpura y salió el gallego éste con barba. Y es que el alcohol es muy traicionero, si lo concentras en Southern Comfort adulterado por Maker's Mark y aderezado con unas gotas no de angostura, sino de lo que sea que daban de beber sus padres al guitarrista-cantante de The Black Keys.

Y apareció también Kim Thayil relatando un problemón con el clavijero, que no le permitía subir la tensión de las cuerdas de su SG sino sólo bajarla, bajarla y bajarla cada vez que tocaba una clavija. Forever drone, down, dooown, dooooown...

El sueño desdendente de la tensión produce monstruos. Y eso es lo que es Pepe Ferrández cuando toca su guitarra: un ser sónicamente despiadado, una conjunción sincrética de todos los inadaptados mencionados arriba, moviéndose entre los límites del ritmo de la sangre y lo que podríamos denominar muy mala leche. Permítanme que no hable de su tono, por cierto, pero tengo familia y una reputación que mantener.

Insisto, esto es todo un engaño: no son músicos, son rebeldes y deben estar en la cárcel. En otro país estarían ya encerrados (aparte de nadando en culto y en pasta) pero están en Hispania, y lo mejor que les puede pasar es que los metan en chirona tras la acusación de los fiscales de Operación Triunfo y demás caterva, si es que persisten en su extravagante actitud de hacer música de verdad.

It's all about tone.

Gracias de corazón, tíos.

3 comments:

Anonymous said...

Hola!!

Hace tiempo que no me dejaba caer por tu blog, parece mentira que la distancia condene todo al olvido...la realidad arremete, y los pesos de la edad y sus desganas, y la gente en sus quehaceres cotidianos, y las metas.

Hoy es un día de esos en el que te levantas con el chip actualizado.

Ha sido un placer leer tu post en tan magnífico lenguaje, como siempre, como tú.

Espero que puedas reunirte con tu familia el resto de fines de semana de tu vida, sin más percances que los típicos retrasos de última hora.

Besos Mil.

Pd. Sigo luchando y resistiendo, consejos de un amigo :)

(No tengo ya cuenta de google ni similar, así que aperezco como anónimo)

Angel Vallejo said...

Hola Anonimo

Mil gracias por tu comentario. me anima a escribir más posts, porque efectivamente uno se abandona si no hay estímulos externos

(ya cuando sepa quien eres, será para nota)

Anonymous said...

Jo! Por favor, no dejes de escribir porque sería una pérdida para nosotros, los que andamos de paseo por los arrabales de la red.

Besos mil.
Aurora
El comentario anterior es mío, creí que sabrías quién era. :D