NO NOS VA QUEDANDO MÁS REMEDIO QUE LA POESÍA
DIARIO
Thursday, February 26, 2015
Monday, September 22, 2014
PESADILLA
Despierta sobresaltado, con el corazón golpeando su pecho. No encuentra, en la casi total oscuridad, una referencia que le tranquilice o le permita bajar la guardia. Nota que está sentado en la cama, respirando agitadamente, y no en el mar, como se temía, ni rodeado de escualos de gélida mirada, como sentía en su sueño.
Recuerda al guía de mirada pícara que le avisó en la barca,
antes de sumergirse: “No baje si padece de pesadillas, o se va usted a meter
en una eterna”.
Lamenta no haberle hecho caso. Enciende la luz y observa que
su cama está en una gigantesca pecera sin salida, rodeada de agua por todas
partes, en la que nadan despacio escualos de gélida mirada.
Thursday, September 18, 2014
Campos
magnéticos
Hay un ruido rápido
y caótico alrededor. Todo se mueve a la vez. El hombre se sorprende de que
nada se desmorone. Ha ido al confín norte del universo y acaba de llegar de
vuelta, para encontrarse con una lluvia militar y con un himno ensordecedor de
rayos, truenos y ecos.
Tuvo un sueño en el
que era un tipo normal con una familia normal, con dos hijitas y una esposa
amable. El sueño duró lo que el viaje de vuelta, unas dos horas, pero los
efectos han sido de veinte años. Los malos y los buenos.
Suena el mar, abre
otra vez los ojos y se ve durmiendo, con cara de estar envejeciendo mal. Toda
la vida pensando que uno debe conocer la verdad, perseguirla y hacerla suya y,
al final, se pregunta para qué coño le vale, si es una mierda. Una mierda se
mire como se mire.
El hombre se planta
delante de Dios, que lo mira y lo observa por encima de lo que sea que está
leyendo. Le ve la cara de "¿esto era?" y Dios le dice que sí, que esto
era, y que ahora ya no tiene remedio. De repente todo cuadra, y al hombre se le
presenta la historia del mundo desde el inicio del tiempo, rápida como el aire
y sólida como la roca.
Sí, esto era. Y
siente que va a empezar a llorar un llanto universal, pero no lo hace, porque
da igual. Blasfema mentalmente lo más sucio que al hombre se le ocurre, pero
Dios solo alcanza a perderle la mirada y volver a sus letras con cierta cara de
amargura, con la expresión del que también tiene sus problemas.
Friday, January 24, 2014
LA REALIDAD
Un hombre viajaba en el tren hace muchos años, en un vagón de primera clase. Le pareció que quien estaba sentado cerca de él era Pablo Picasso.
Cuando logró vencer su timidez y la
resistencia que le impedía hablar con tan celebrado personaje, el hombre
saluda a Picasso y le dice que le admira mucho; que cree que es un
dibujante genial.
Le dice también que por qué, siendo
como es un maestro, se empeña en pintar unas imágenes distorsionadas,
retorcidas, sin parecido con la realidad. Le parece, en suma, un
desperdicio de talento.
Picasso se queda
mirando al hombre y le pregunta qué cree él que es la realidad. El
hombre piensa un poco y saca de su cartera una fotografía, que enseña al
pintor. "Mire. A esto me refiero. Esto es la realidad: es mi mujer"- dice seguro de sí mismo.
El pintor mira la fotografía y dice al hombre que, si eso es la realidad, su mujer es muy pequeña. Y es plana, además.
Como
el hombre vamos casi siempre por la vida. Dando por hecho que nuestra
percepción de las cosas es la realidad misma, aferrándonos a eso y,
además, queriendo mostrar al resto de personas que nuestra idea es la
correcta.
Para despertar de esa ilusión limitadora, entre otras muchas cosas, está el arte.
Y la locura, pero de esto último hablaremos otro día.
Friday, January 10, 2014
UNA CARTA
Querido
Antonio,
Ya hace unos
meses que te fuiste. Nosotros aquí abajo acabamos de pasar las fiestas de navidad. El
comienzo del nuevo año hace que uno recapitule lo que pueda, que no es mucho,
no sé si por deseo expreso de no mirar atrás o más bien por
incapacidad de hacerlo.
En ese
proceso me he preguntado mucho (dada esa querencia que tenemos los humanos a
darle sentido a todo) sobre cierta actitud típicamente tuya. La detecté al poco
tiempo de conocerte, evento que ocurrió (no sé si te acordarás; yo sí) en un
ascensor parado en un cuarto piso, cuando llevabas al pequeño Nico a la
guardería y yo, recién llegado a la vecindad, todavía me planteaba dónde llevar
a Álvaro. Se abrió la puerta del ascensor y ahí se sembraron dos semillas: La primera,
la de la amistad de quienes entonces eran dos bebés (relación que continúa
firme ahora que ya son dos hombrecitos) y la de quienes eran ya dos hombrecitos
(con la mente simple de dos niños, he de decir), que no continúa en persona
porque el destino decidió llevarte.
Desde ese
momento pasó muy poco hasta que me franquearas la entrada a tu casa y me
abrieras la puerta de tu nevera. Esta segunda apertura le sonará, a cualquiera
que tenga cierta edad y cierto sentido de la vida, mucho más trascendental que
la primera. A muchos se les abre la puerta de casa, e incluso se les deja pasar
adentro. Pero abrirle la nevera a alguien, amigo, ahí sí hay una auténtica
declaración de intenciones. De la velocidad de salida de cervezas de esa nevera
abierta hablaré en otro momento: ahora me centro en la actitud de la que
hablaba al principio. Ahí vamos:
Te bebías la
cerveza como te bebías la vida. A grandes sorbos, riendo, empujando, inventando
cosas, diciendo tonterías y provocando que quien estuviera contigo se riera y
las dijera también. Álvaro y Nico con treinta y tantos, padres con la alegría
de niños. Siempre una risa, siempre un guiño. Y así todo. A la hora de acabar
la celebración, siempre el último, siempre pidiendo un poco más, rogando con la
sonrisa en la boca un ratito más de gozo, pidiendo seguir compartiendo el
momento otro cuarto de hora. Así en Madrid, en Asturias, en la montaña (“¿cómo nos vamos a ir tan temprano, con lo
bien que lo estamos pasando?”). En la piscina era siempre un “ya sé que es de noche y que el agua está ya
fría, pero ¡quedémonos un rato más¡”. En las salidas nocturnas, siempre
más, siempre un poco más. En las conversaciones trascendentales siempre una pregunta más, otra idea arrancada a la noche, al calor de un
último gintonic, una duda sobre el
futuro…
Mucho antes
de que todo se fuera al traste, en el proverbial repaso de los presentes a los
amigos que estaban aún por llegar al lugar de reunión, se sacaba siempre el tema de tu incapacidad para el
agotamiento, incapacidad que, todo hay que decirlo, a veces salía de la
capacidad de agotar al resto. Lo que se llama un alto nivel de exigencia a la
vida, a los amigos, a la felicidad, al tiempo. Esa era la actitud a la que me
refería antes, la de arrancarle a la vida las alegrías y el tiempo para
recordar. Un interés permanente por hacer acopio de buenas experiencias, de
acumular alegría y momentos perdurables. Como si no hubiera un mañana, como si
el mundo se fuese a acabar enseguida.
Y se acabó
pronto, es verdad.
La querencia
a darle sentido a todo (ilusión vana) me hace pensar que tu tiempo estaba
fijado ya de alguna manera incomprensible para nosotros. Y, por algún mecanismo
aún más incomprensible, tú lo sabías. Por eso te poseía el impulso de vivir, el
empuje de no parar de generar y acumular buenos momentos con avidez. Como el
niño que ve que se acerca la hora de poner fin a su fiesta de cumpleaños y
devora la tarta más rápido, ofreciendo más a sus pequeños invitados.
Y, entre
esos invitados, alguno se sorprendía ante tanta energía y tanto interés por
agotar ese ratito (al menos quien ahora escribe esto). Mañana seguimos, mañana
podemos seguir, podemos reír mañana…
Es mentira:
mañana igual estamos muertos, o enfermos, o hemos cambiado tanto que no somos
capaces de generar felicidad ni de sentirla. Hoy hay que decir a quienes
queremos que les queremos. Hoy hay que abrazar a los amigos que nos quieren.
Hoy hay que llamarles: no luego, ahora. Hoy hay que sentar a los niños delante
nuestra y mirarles seriamente a los ojos para decirles que los queremos, uno
por uno y hablando despacito, que se enteren bien, porque mañana a lo mejor
esos niños ya no quieren oírlo. Mañana a lo mejor los amigos lo son menos,
porque la vida es así, y cada uno lleva una existencia compleja en su mundo
particular.
Quiero
pensar, para evitar una tristeza infinita, que la cosa es aproximadamente así,
que viviste con intensidad porque el tiempo estaba tasado, y era escaso. Y
quiero pensar también que la intensidad sea contagiosa, y que la alegría de
vivir el tiempo que nos quede se pueda enseñar y se pueda aprender. También
quiero esperar que tu marcha, por lo menos, nos sirva a todos como referencia
del tiempo, como recordatorio de que no somos nada si no vivimos y hacemos
vivir, y como espejo donde mirarnos cuando tengamos momentos tristes, tediosos,
en los que nos parezca que nada tiene sentido.
Epicuro
decía: “¿Por qué ocuparme de la muerte?
Cuando yo estoy, ella no está. Cuando ella está, yo no estoy”. Un tipo
listo, sin duda.
Tú fuiste
siempre del equipo de Epicuro. Sabías que la forma de morir bien es haber
vivido bien, y te encargaste de preparar bien el equipaje. Tú ya no estás, pero no hay manera de que nos
quitemos de encima la imagen de tu sonrisa.
Te mando un
abrazo donde quiera que estés, amigo mío.
Monday, November 18, 2013
¿Donde están?
"Dónde está la poesía? No nos habían prometido poesía?
Dónde están las estrellas? Nos nos prometieron estrellas?"
Pregunto a David Sylvian, que se planteó estas cuestiones en representación del género humano, pero se ve que no está esta tarde. Habrá bajado seguramente al mar, a hablar con la orilla.
Dónde están las estrellas? Nos nos prometieron estrellas?"
Pregunto a David Sylvian, que se planteó estas cuestiones en representación del género humano, pero se ve que no está esta tarde. Habrá bajado seguramente al mar, a hablar con la orilla.
Thursday, June 20, 2013
CUMPLEAÑOS
1).- En abril de 2013 escribí esto.
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AHORA
Iba a escribir unas líneas, pensadas largamente, sobre estos días pasados y sobre los que vienen. Sobre alguna ausencia que duele y otras presencias que curan.
Pero a falta de ánimo, y dado que siempre hay, por una extraña magia, otro que es capaz de condensar nuestro estado de ánimo mejor que nosotros mismos, acudo a Kurt Vonnegut y me limito a asentir cansadamente. "Y aquí estamos atrapados, en el ámbar del ahora. No hay un porqué"
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2).- Hoy, 20 de junio, mi cumpleaños, me reafirmo en lo dicho. El por qué uno tiene la sensación de que no es correcto seguir celebrando aniversarios después de la fatal marcha de un amigo no lo sé. Que la sensación existe? Sí. El motivo? Ignoto.
Dejo aquí a MUSE y su TIME IS RUNNING OUT (que lo está): http://www.youtube.com/watch?v=zhAmug6Ts6o
Que es día de alegría por el presente? SÍ, con mayúsculas. Que la vida nueva se acerca y la esperamos? SÍ, con mayúsculas. Y que la recibiremos con toda la alegría, SIN DUDA.
3).- Paso de Vonnegut a Omar Jayam (quid pro quo) en un canto a la vida que a veces se ha malinterpretado como fatalista:
“De aquel jarro de vino, que a nadie perjudica,
llena tu copa y bebe, y sírveme a mi otra,
muchacho, antes de que haga, sin prestar atención,
con tu tierra y la mía un jarro el alfarero”.
La alegría de este día vaya por el perenne recuerdo del que se fue, pero se quedó y vaya también por la vida de la personita que está en camino.
Fin del post. Fin de la pena. Viva yo, muchos años.
llena tu copa y bebe, y sírveme a mi otra,
muchacho, antes de que haga, sin prestar atención,
con tu tierra y la mía un jarro el alfarero”.
La alegría de este día vaya por el perenne recuerdo del que se fue, pero se quedó y vaya también por la vida de la personita que está en camino.
Fin del post. Fin de la pena. Viva yo, muchos años.
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