En abril de 2013 escribí esto.
Iba a escribir unas líneas, pensadas largamente, sobre estos días pasados y sobre los que vienen. Sobre alguna ausencia que duele y otras presencias que curan.
Pero a falta de ánimo, y dado que siempre hay, por una extraña magia, otro que es capaz de condensar nuestro estado de ánimo mejor que nosotros mismos, acudo a Kurt Vonnegut y me limito a asentir cansadamente. "Y aquí estamos atrapados, en el ámbar del ahora. No hay un porqué"
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2).- Hoy, 20 de junio, mi cumpleaños, me reafirmo en lo dicho. El por qué uno tiene la sensación de que no es correcto seguir celebrando aniversarios después de la fatal marcha de un amigo no lo sé. Que la sensación existe? Sí. El motivo? Ignoto.
Que es día de alegría por el presente? SÍ, con mayúsculas. Que la vida nueva se acerca y la esperamos? SÍ, con mayúsculas. Y que la recibiremos con toda la alegría, SIN DUDA.
3).- Paso de Vonnegut a Omar Jayam (quid pro quo) en un canto a la vida que a veces se ha malinterpretado como fatalista:
“De aquel jarro de vino, que a nadie perjudica,
llena tu copa y bebe, y sírveme a mi otra,
muchacho, antes de que haga, sin prestar atención,
con tu tierra y la mía un jarro el alfarero”.
La alegría de este día vaya por el perenne recuerdo del que se fue, pero se quedó y vaya también por la vida de la personita que está en camino.
Fin del post. Fin de la pena. Viva yo, muchos años.