Buenas tardes a tí que estás leyendo esto.
Considero que la cosa política, y con ella las expectativas de una convivencia civilizada entre vecinos, está tomando un cariz más tenso de la cuenta. En parte para intentar ordenar mis propias ideas y en parte para que conste que uno se da cuenta de que los de arriba (clase política gobernante) intentan tomar el pelo a todos los de abajo (clase civil gobernada), pretendo dejar por escrito algunas reflexiones que me surgen al hilo del discurrir del tiempo y del actuar del gobierno de turno.
Nada sería mejor recibido que tus comentarios, del orden y la tendencia que sean, siempre que, claro está, versen sobre las materias sobre las que quien ésto edita reflexiona y pone a tu disposición en formato de diario.
La política, no nos engañemos, afecta a todo ciudadano que desarrolle cualquier actividad en el seno de una sociedad (como por ejemplo ésta en la que vivimos). El que pretenda que la política no le incumbe ya se está manifestando respecto de la misma, lo quiera o no.
Nos encontramos con la llamada "paradoja de la comunicación", que puede explicarse brevemente diciendo que no podemos dejar de comunicarnos, y que incluso el silencio tiene un mensaje. En nuestro caso, queramos o no, nuestra posición respecto de lo que pasa en la vida política supone, en sí, una toma de posición política, aunque todo lo que acertemos a expresar sea algo del estilo de "yo paso de la política" o el pretendidamente más elaborado "yo soy apolítico".
Como se verá a lo largo de los textos que compondré en este foro, nada más lejos de mi intención que ser neutral. El pensamiento crítico (eso de lo que todo el mundo habla pero muy pocos ponen en práctica) debería presidir mis intervenciones, lo que no obstará para que en determinados momentos la apariencia sea la de que tiendo más hacia un determinado tendido político que otro. Será inevitable si el objeto de mi crítica en alguna ocasión pide la reincidencia en el comentario.
Pero no nos confundamos: la crítica (positiva o negativa) contínua hacia uno de los citados "tendidos", si es que se produce, vendrá originada porque la actuación del criticado así lo demande, aun a riesgo de dar una impresión de parcialidad. No se interprete que uno "es" de tal lado o del de enfrente por el expediente facilón de observar hacia quién dirige la crítica positiva y hacia quién lanza la negativa.
Intentemos (yo, en primer lugar) no empezar el viaje cayendo en un lugar común tan manido como ése.
Termino la primera perorata. Bienvenido a mi diario, al que espero vuelvas con el sentido crítico encendido.
Jean Loglalev
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