Wednesday, December 30, 2009

En días como estos

No tengo recuerdo de tantos días seguidos de lluvia y de tan copiosas descargas. Es posible que cosas como éstas se digan cada estación de cada año, pero lo cierto es que ayer tuve que cambiarme completamente de ropa dos veces, como consecuencia de otras tantas ocasiones en que acabé calado hasta los calcetines.

Disculpa, ser humano que lees este post, el carácter (deliberadamente) personalista del texto, pero el clima ha estado tan presente en mi vida estas últimas dos semanas que ha llegado a afectar al modo en que me enfrento al trabajo y a las relaciones.

Esto implica, obviamente, que soy de fácil afectación climatológica o, al menos, que la lluvia continuada produce serios desajustes en mi percepción.

Me quedo con la apocalíptica invocación de Christopher Cornell: Black hole sun, won´t you come and wash away the rain?


Wednesday, December 09, 2009

OTRA VEZ A VUELTAS CON LOS "SOCIAL MEDIA"


































El post MARKETING Y SOCIAL MEDIA escrito el pasado 4 de diciembre por Carolina Casanovas ( http://diariodejean.blogspot.com/2009/12/marketing-y-socialmedia.html ) generó interesantes comentarios que reflejaban diferentes opiniones sobre el tema, algunas detalladamente razonadas.


A pesar de que participé bastante en los comentarios, me pareció que algunas de esas opiniones merecían una respuesta que resultaba demasiado larga para incluirla en ese apartado, motivo por el que decidí que la cuestión bien daba para un nuevo post (éste mismo, por si estás twitteando a la vez que lees el texto y te ha patinado la neurona).


En una de sus intervenciones, una querida y fiel seguidora del blog hacía referencia a dos cuestiones que creo que son muy importantes. En primer lugar señalaba que, como todas las cosas, el aprovechamiento de las posibilidades de los social media requiere mucha pasta ("es verdad lo del tema de Japón, y eso es fantástico, pero hemos de tener en cuenta que la sociedad oriental es un mundo bien distinto al nuestro. Y para todo, ya sabes, se necesita pasta"); la segunda cuestión estaba enfocada en el contacto con los consumidores ("si realmente buscamos la forma de atacar al consumidor será un medio del cual éstos acabarán escapando al igual que de la televisión").


Sobre ambos puntos (muy fundamentados, y además emitidos por alguien con una base técnica en publicidad que no tiene quien esto escribe, o sea yo, por si a la vez que lees el de blog estas zapeando con el mando de la tele) me gustaría dejar apuntada mi opinión.


Vayamos por partes, y empecemos por la pasta: creo que si algo tienen en común los principales social media es su absoluta gratuidad. Tanto FACEBOOK como TWITTER son gratis total. En esta situación (que no sabemos si durará mucho, porque es muy probable que los padres inventores de ambos artilugios de comunicación decidan abandonar la lista de los forrados para engrosar la lista de los injuriosamente millonarios en algún momento) el uso de los medios está al alcance de todos, y su aprovechamiento limitado solo por la imaginación y la dedicación del usuario en cuestión.


Están acreditados ya en la web los casos de algunos empresarios que aprovecharon TWITTER sin gastar un céntimo obteniendo a cambio un retorno de millones (literalmente hablando) de dólares. Les bastó una idea original y un uso inteligente y con visión de TWITTER. Para que no se me acuse de basarme en generalidades, incluyo un par de interesantes links a reportajes publicados en el magazine INC. ( http://www.inc.com/magazine/20091201/2-sell-products-on-twitter.html + http://www.inc.com/magazine/20091201/1-turn-followers-into-creators.html ) sobre compañías que han hecho descomunales negocios a través de una herramienta gratuita como TWITTER. Por tanto, en mi opinión, el tema de la pasta no es en ningún caso un obstáculo para la efectividad del uso de los social media.


Y en lo que respecta a la relación con los consumidores (eventuales clientes al fin y al cabo), creo que el propio lenguaje usado en los comentarios que antes cité indica que quizás el modo en que se ha enfocado el marketing hasta nuestros días está claramente superado.Tradicionalmente (expresión no especialmente adecuada, lo asumo, dado que el marketing como concepto no tiene más de cien años) y sobre todo de los años ochenta en adelante, se ha tratado de enganchar, convencer e incluso manipular al consumidor. Se sigue haciendo, pero cada vez con menos fortuna.


Como bien dice en los comentarios la persona de la que antes hablé (cuyo nombre no cito por no saber si puede molestarle que lo haga) el consumidor ha cambiado mucho y exige de los anunciantes/productores/vendedores otro tipo de relación. Pero aun habiendo constatado que el enfoque necesariamente ha cambiado, el lenguaje utilizado evidencia el lastre que arrastra la teoría del marketing ("si realmente buscamos la forma de atacar al consumidor será un medio del cual éstos acabarán escapando al igual que de la televisión").


Si se sigue entendiendo el marketing como un cierto "ataque" al consumidor o cliente es evidente el motivo por el que se detectan (o se creen detectar, mejor dicho, dado que en mi opinión se trata de un espejismo) problemas graves en el uso de los social media como herramienta de difusión comercial. Nos persigue una concepción del consumidor como un ente que lo aguanta todo sin rechistar hasta que llega un momento en que no puede más y "huye".



Pues bien; en mi opinión, el "permission marketing" ha cambiado del todo el escenario. TODO EL ESCENARIO. Nadie puede obligar a nadie a recibir mensajes de marketing vía TWITTER o FACEBOOK, por la sencilla razón de que en esas redes sólo entra quien el usuario quiere que entre. Y en el momento en que se invita a un productor/fabricante/marca a entrar en la red del interesado, el dueño y señor de la relación pasa a ser el titular del social media, o sea el consumidor y a partir de ahí será él quien decida de quién quiere recibir marketing y de quien no.


Concluyo con un par de ideas que, al menos a mí, me inspiran y me apasionan de manera notable. La primera es que ni hace falta pasta para sacar provecho comercial a los social media ni el consumidor que los use va a estar a merced de ataques o manipulaciones de los marketers de turno: bastan una visión y una idea original y práctica para lo primero y una dosis de confianza para lo segundo. La segunda idea es que, a mi entender, no estamos sabiendo ver el potencial de los social media. Llamadme exagerado, pero me atrevo a decir que estamos ante una segunda oleada de los efectos planetarios de internet.


(PD: Mi agradecimiento a Carolina Casanovas, cuyo artículo ha dado origen al debate sobre el que se construye este post, y también a quien hizo los comentarios que he transcrito arriba, por aportar su fundada visión de la materia)

Monday, December 07, 2009

LA LEY DE GODWIN O POR QUÉ NO CONVIENE MENCIONAR A HITLER



Michael Godwin enunció una curiosa teoría a la que luego se conoció como la ley de Godwin, cosa que imagino que causaría una cierta hilaridad al sujeto en cuestión, además de una notoriedad de la que se habrá aprovechado económicamente salvo que haya tenido la visión de negocio de un armario ropero.

Muy resumidamente, la ley viene a decir que cuanto más se prolonga una discusión en internet, mayor es la probabilidad de que alguien compare a alguien con un nazi, cuando no directamente con Hitler.

¿Menuda estupidez? No, nada de eso. La cruda realidad, más bien. Basta acudir a cualquier foro político para comprobar que la ley se cumple escrupulosamente, sufriendo variaciones su constatación en función sólo del origen de la discusión o del tema sobre el que los participantes disertan.

Haced la prueba y probablemente se os quedará la misma cara que se quedó al abajofirmante.

Llegué a conocer esta ley porque Seth Godin, uno de mis autores favoritos (http://sethgodin.typepad.com ) se permitió (en una humorada tan genial como la del propio Godwin) enunciar un corolario a la norma citada, que también he podido comprobar.

A grandes rasgos, Godin concluye que una de las mejores y más segura maneras de perder una discusión en internet es caer de lleno en el supuesto descrito por Godwin, olvidando la maldición y mentando a la contraparte la similitud de su actuar con la de los nazis, o con la de Hitler en particular ("Any time you mention Hitler or even Communist China or Bill O'Reilly, you've lost").

Todo lo cual me lleva a concluir que, en primer lugar, la tropa pasa mucho tiempo asomado a la web (botón de muestra: observa a qué hora he colgado este agudo e inteligentísimo post); segundo, que el que no enuncia una ley aplicable a internet en estos días no merece vivir; tercero, que lo que escribe un autor da para muchos posts derivados del primero en el lapso de tres días desde que el opinador original cuelga su texto.

Me despido. No se os ocurra discutir mis apreciaciones sobre este tema en el apartado de comentarios, que se os está poniendo una cara de decir auf wie dersehen al salir de casa que ni os cuento.

Friday, December 04, 2009

MARKETING Y SOCIALMEDIA


(Este post es una colaboración de Carolina Casanovas, web designer y directora creativa de REDONDELES COMUNICACIÓN (www.redondeles.com), y forma parte de una serie de posts remitidos por profesionales con amplia experiencia en algún área que consideramos de interés para los lectores del blog)


No soy ningún gurú del marketing. Simplemente soy un usuario más de las redes sociales que conocemos como socialmedia que se encontró con una herramienta que ha resultado vital para su trabajo. Los web designers tenemos que estar al día respecto de cualquier novedad que vaya surgiendo, porque la velocidad con la que evoluciona todo lo relacionado con Internet hace que sea muy fácil quedarse obsoleto.

Entiendo que creas que esto no va contigo. Un trabajo de camarero o de contable parece no tener nada que ver con el mundo de la publicidad desde un punto de vista activo. Pero ¿qué pasa si lo que te planteas es montar un negocio? ¿Crees que las redes sociales no tienen nada que ver contigo ni pueden aportar nada a tu nueva actividad? Si es así, piénsalo bien: te puedes estar perdiendo una gran oportunidad de desarrollo para tu negocio si observas cómo Internet ha cambiado radicalmente en los últimos años.





Antes era esencial tener una web con un nombre creativo: cuanto más creativo, mejor (http://www.misalchichacomepienso.com/). Éso, hoy en día, es anecdótico. Luego apareció el gran Google y lo que se consideraba más importante era que la web de tu negocio apareciera en las primeras posiciones. Agotado también: esa idea se está quedando antigua…

Entonces ¿cuál es la actual tendencia? Hoy en día las búsquedas en Facebook y Twitter juntas superan a las de Google. IN – CRE – I – BLE. Trescientos cincuenta millones (350.000.000) de usuarios de Facebook: se dice muy rápidamente. Lo ideal sería averiguar cómo aprovechar la actual tendencia en beneficio propio.



¿Tienes un negocio? Crea una página en Facebook para tu empresa. Agrega a tus amigos. Comenta cosas, muestra lo que haces, pero sobre todo, sé sincero. No trates de vender basura porque, frente a las innumerables ventajas de este“nuevo” sistema del boca a boca, la desventaja es que si me engañas se lo contaré a mis amigos, y procuraré que ellos a su vez se lo cuenten a sus amigos.

Todo esto es conocido como marketing viral: las técnicas de marketing que explotan las redes sociales para llegar a la mayor cantidad de gente. Y cada vez más marcas apuestan por los socialmedia como canal de comunicación. Como muestra un botón: NIKE tiene previsto para el 2010 una inversión del 70% de su publicidad en redes sociales. No tele, no radio: sí Facebook).

En las redes sociales uno debería mostrarse tal cual es. Los socialmedia crean relaciones, y esas relaciones cuanto más sinceras son más interesantes y útiles se vuelven. Cuando me pasan cosas las comparto, mi trabajo lo comparto. Y aprendo del trabajo de los otros.

Lo fundamental para aprovechar el potencial de marketing de los social media es la reputación. Crear esa reputación puede parecer difícil, pero no tiene porque serlo. Se tú mismo. Conversa. Genera conversación. Cuenta cosas con las que pueda identificarse todo el que te siga, de modo que quiera seguir escuchándote. La gente confía más en lo que le cuentan sus amigos que en lo que le traslada la publicidad., sea en TV, radio, prensa…

Interactúa, que de esa manera existirás. “La marca es lo que la gente piensa de ti”, es el nuevo concepto del branding. Si no piensan nada, simplemente no existes.

Lo importante es lo que eres… lo que cuentas. Y recuerda, sé sincero.

CAROLINA CASANOVAS

Friday, November 20, 2009

NUEVOS PROYECTOS EN EL BLOG

Aunque no me gusta anunciar cosas que todavía no están cerradas, en ocasiones uso ese anuncio para forzar un poco la máquina y asegurarme de que hago todo lo posible cuanto antes para que esa idea se haga realidad.

Al grano: llevo algo de tiempo pensando en incorporar al blog con cierta regularidad posts de personas expertas en algún área que creo que pueden aportar un punto de vista interesante. Inicialmente, y dada mi fascinación por el fenómeno de las redes sociales, he pensado invitar periódicamente a una profesional que está desarrollando un test más que interesante en relación con el uso de las social media (TWITTER, FACEBOOK...) como herramienta de marketing.





Y aquí viene la parte del anuncio o adelanto de la noticia como medida de presión para que esta persona, con mucho que aportar, no se siga resistiendo al canto de las sirenas (la sirena soy yo, obviamente). Se trata de Carolina Casanovas, web designer (entre otras palabrejas raras) que desarrolla su actividad profesional en REDONDELES COMUNICACIÓN (http://www.redondeles.com/), y que espero que nos ilustre con sus palabras dentro de muy poco tiempo.

Las otras dos personas que tengo en mente están algo menos convencidas, y por eso no adelantaré sus nombres. En todo caso, puedo asegurar que también aportarán (si finalmente deciden unirse al carro) enfoques muy interesantes sobre los temas que vayan a tratar.

Seguro que todos compartiréis conmigo que no está de más conocer desde el otro lado (iba a escribir "el lado oscuro", pero me ha dado repelús) cómo funciona y cómo se usan los social media con miras al marketing.

Carolina Casanovas, la vida es así.

Wednesday, November 11, 2009

EL MADRID. EL JÚRGOL.

En mis años universitarios tenía un profesor de filosofía del derecho bastante peculiar. Bramaba contra los intelectuales cuando era clarísimamente uno de ellos. Aún así (o quizás precisamente debido a eso) pergeñaba con cierta frecuencia lúcidos análisis sobre el devenir de lo que él llamaba "la vida moderna".

En uno de esos raptos de clarividencia comentó una vez que cuando un hombre se dedica a la política compromete seriamente su capacidad de pensar.

Hoy me he acordado de él, en relación con el fútbol (perdon: con el júrgol) y no sé porqué. O más bien sí lo sé, y se debe a las reacciones que he observado sobre el resultado del partido Real Madrid- Alcorcón de ayer, 10 de noviembre de 2009, en el que el equipo de segunda-B aniquiló a los de la capital del reino en una gesta que tiene mucho de Leónidas y sus soldados en las Termópilas frente al rey Jerjes y su tropa.

Y es que, ante las críticas (algunas de ellas sangrientas, es verdad) que se han hecho al Real Madrid he visto a hombres serios, inteligentes y lúcidos convertirse de repente en unidades de una horda sin cabeza, que sale en tropel en defensa de su sangre (en este caso, de su equipo) y tira de hemeroteca para decir que el Madrid siempre será el mejor, que tiene no se cuantas ligas y no se cuantas copas y además ….

Miedito me ha dado.

No pasa nada por decir "Madrid caca" (que ayer lo fue, y el día del primer partido también) y seguir palante. ¿Por qué costará tanto olvidarse por un rato de la historia y los logros de los tiempos de los romanos?

Madrid, a cascarla. Ya vendrán tiempos mejores. Sugiero que cuando las nenazas lleguen a la hora de la renovación, Florentino les recuerde al Alcorcón (como en Esparta se recuerda a los de Leónidas) y les diga “menos lobos, Caperucita”.

Pero eso no va a pasar, porque aquí (no hablo del Madrid, sino de todos los grandes equipos deportivos) hay de todo menos fútbol: mucha tele, mucha rueda de prensa de tíos que no saben hablar y mucho guapito con ropa de D&G y Gucci, y mucho Ferrari… y pocos cojones.

Lo dicho: mucho júrgol y poco fútbol.

PD: Me acabo de comportar como un futbolero… o como un político….no sé qué me ocurre.. creo que necesito ayuda

Monday, October 19, 2009

Pesadilla




Despierta sobresaltado, con el corazón golpeando su pecho. No encuentra, en la casi total oscuridad, una referencia que le tranquilice o le permita bajar la guardia.

Nota que está sentado en la cama, respirando agitadamente, y no en el mar, como se temía, ni rodeado de escualos de gélida mirada, como sentía en su sueño.

Recuerda al guía de mirada pícara que le avisó en la barca, antes de sumergirse: “No baje si padece de pesadillas, o se va usted a meter en una eterna”.

Lamenta no haberle hecho caso. Enciende la luz y observa que su cama está en una gigantesca pecera sin salida, rodeada de agua por todas partes, en la que nadan despacio escualos de gélida mirada.

(Imagen de Enrique Saavedra, con mi agradecimiento)

Tuesday, October 13, 2009

La falacia de lo neutral (II)




La semana pasada colgué un post escrito por Jonathan Fields, bajo el título de THE NEUTRAL FALLACY.

Os dejo ahora el link de una interesante web que trata, de manera muy divertida, algunas de las grandes preguntas de la vida.

http://www.fivebigquestions.com/


Es interesante atender con calma a las preguntas que formula la presentación en flash y observar cómo uno se resiste a bajar a la arena y a contestarlas. Hay una especie de resistencia a contestar, quizás porque a uno le da miedo enfrentarse a ciertas cuestiones de manera seria y meditada, y prefiere seguir metido en la inercia disparatada que casi todos sufrimos.


Creo que cuanto más se resiste uno a este tipo de cuestiones más necesidad real tiene de pararse a valorar ciertas cosas. Y, ojo, no estoy preconizando un "déjalo todo y ponte a filosofar en la selva", sino simplemente un parar un momento y pensar qué estamos haciendo y qué nos mueve a seguir haciéndolo.


Recomiendo vivamente THE WAR OF ART, de Steven Pressfield, un libro que describe como pocos el mecanismo de la resistencia a hacer lo que en el fondo sabemos que tenemos que hacer. El autor se refiere a la escritura, pero sus palabras resultan clarísimamente extrapolables a cualquier otra cosa que resulte importante para cada persona.


Si estás en modo filosófico, piensa que a veces, aunque pactemos el sistema de retribución a destajo, hay que dejar de cortar árboles y detenerse para afilar el hacha. Si prefieres pensar en términos económicos, haz memoria y recuerda el principio de los rendimientos decrecientes.

En tu caso ¿te preguntas alguna vez sobre el motivo de hacer cada día lo que haces? Sé bueno y contesta a la encuesta de la columna de la izquierda.

Wednesday, October 07, 2009

The neutral fallacy (Jonathan Fields)


Este es un post escrito el 5 de octubre por uno de mis autores favoritos, Jonathan Fields, en su blog AWAKE THE WHEEL(http://www.jonathanfields.com/blog/). Aunque lo he incluido en la lista de blogs que sigo (ver columna de la izquierda) os transcribo entero el post porque me ha parecido especialmente brillante. Visitad su web porque merece la pena.

I’ve been asked the question a lot since Career Renegade came out in January…
How do you handle fear?

- “Well, comes my answer, “that depends. Fear of what?”

- “Of failure, of course.”

- “Wrong fear,” I add. “You wanna be afraid, really afraid, take a look at what your life’ll look like not if you try and fail…but if you keep on keeping on for decades. That’s the real nightmare scenario for most people.”
Whaaa?
-
Simple fact, there is no sideways, no coasting…no neutral.
Not in relationships, not in business, not in spiritual growth, not in life. There’s only up or down, though the rate of acceleration and the magnitude of the progress in either direction often leads us to to some very warped perceptions. When we’re rising quickly, life is grand…though very likely unsustainable. When we’re plummeting rapidly, life blows and, similarly, with even a modicum of intervention, this path is rarely sustainable either.

In each of these scenarios, though, the speed and magnitude of the change in the way we experience life is so great and, often, so outwardly apparent, that we or those around us are moved to act to either support or redirect our trajectory. Action in the context of such powerful movement is a near mandate.

But, what of those periods where we’re sliding ever-so-slowly up or down?
In those periods, we’re often governed largely not by action, but by inertia. The desire to not have to rock our own boats. “Hey,” we say, “life’s not so bad. So what if I’m not making what I’d like to make, I’m getting by. So, what if my marriage ain’t great, it’s not THAT bad. Who cares if I’m a little fatter, sicker and in just a bit more pain. It’s not such a big deal.”
Problem is, “I’m getting by, it’s not THAT bad and it’s not such a big deal.” may be “workable answers now. But, the only reason they’re workable is because you’re assuming that you’ll stay largely at these same levels over time. That if you don’t do anything substantial to change, 10, 20 or 30 years from now, your business, income, health, relationships will just keep going pretty much sideways, coasting…and you’re okay with that.

Except there is no coasting. There is no neutral. No sideways.
It’s a myth, an illusion. There’s only up or down.
Which means, if you’re teetering on the edge of happiness, health, liquidity and contentment now, then 10, 20 or 30 years from now, if you really paint a vivid picture of your “do nothing to change” scenario, your life will likely be somewhere between really unpleasant and really dead.

Because unaddressed over time,

Nagging pain becomes chronic, acute and debilitating

Unrewarding work becomes soulless, lifessucking agony

Passable health becomes obesity, disease and, for many, early death

Unattentive relationships become estranged, angry, bitter, dysfunctional and nonexistent, and

Your currently “passable” life becomes increasingly painful as you enter the long, slow slide toward death. Because you failed to accept the knowledge that there is no sideways, there is only up or down. Even if the pace is slow, barely detectable. There’s no such thing as sideways.

Which leaves you with a realization and circles back to my original question.

How do you handle fear?

Don’t just ask the fear of failure question, add two others…
What if I succeed?
What if I do nothing?

Then, paint lush, vivid, highly-sensory pictures of each. Play out your failure scenario, along with it’s recovery. Play out your success scenario. Then, play out your do nothing scenario, 10, 20 and 30 years from now. For far too many, that become the real nightmare, the outcome most important to abort. Then tap your fear of manifesting that outcome as a core driver to break your state of inertia and go after the vivid success scenario.

And, the next time time you feel like inertia, sideways, coasting…neutral is enough.

Think again.

Thursday, September 24, 2009

EL ASENTAMIENTO DE LA MEDIOCRIDAD


Nos hemos acostumbrado tanto a la mediocridad en los servicios que ya ni nos quejamos. Parece que olvidamos que estamos pagando TODOS y CADA UNO de los servicios que usamos, algunos de manera directa (como el servicio que te da IBERIA al comprar un billete de avión) y otros de manera indirecta (como el servicio que te da un funcionario al que el estado paga con tus impuestos).


A la hora de volar, por ejemplo, asumimos que 20 minutos de retraso son normales; que nadie venga a darte una explicación por esa tardanza; que cuando aparece alguien en la puerta de embarque lleve puesta cara de perdonarte la vida...

A fuerza de repetición de las cosas, uno se acostumbra. Tanto es así que, cuando el servicio se cumple en las condiciones en que debía hacerlo siempre, uno se sorprende y, lo peor de todo, uno hasta está agradecido.

Hace unos días volé entre Palma de Mallorca y Madrid, acumulando una hora de retraso en la salida. Esa misma tarde, me arrojaron un retraso de cuarenta y cinco minutos al volver. Demencial...

Pero es que, lejos de pedir disculpas o dar alguna explicación (ojo, no vale eso de "este avión sale tarde porque ha llegado tarde el vuelo anterior") cuando llegábamos a destino, la sobrecargo del vuelo dice, con toda su jeta, "esperamos haberles dado un servicio excelente en el día de hoy y les agradecemos que hayan volado con nosotros".

¿Qué pasa? ¿Que no se ha enterado de que el servicio ha sido infernal, incumplidor, grosero, desganado y patético, y de que a muchos pasajeros (a mí al menos) les hn hecho perder dos preciosas horas de su tiempo sentados en un aeropuerto? ¿O es que le daba exactamente igual?

Me temo que va a ser la respuesta b): le daba igual a ella, al comandante, a IBERIA,a AENA y a la madre que los parió a todos. ¿Y el pasaje?¿Qué hacía ante el choteo evidente que significaba aquello de "esperamos haberles dado un servicio..."?

ZZZZZZZZZ nnnn ZZZZZZZZ

O lo que es igual:

BEEEEE BEEEEEEEE


Así nos va a todos. Anda, colabora conmigo y hazme llegar tu opinión contestando a la encuesta de la izquierda de la pantalla.

Thursday, July 30, 2009

NÉMESIS

Final de una historia con una tensión insostenible, creada por alguien que hace el mal sin que parezca que lo que causa vaya a tener fin. Némesis. El castigo que no genera (no debiera generar) resentimiento, por ser el castigo impuesto por quien puede y debe hacerlo, y ejecutado por aquél al que le corresponde, con la gravedad justa y la extensión precisa.

El evento cae por su peso. En un instante, todo se ve venir ("esto se veía venir") todo encaja, así debe ser. El castigo cae con todo su peso, y toda su levedad, sobre el culpable, con el asentimiento de humanos y elementos de la naturaleza. Incluso el mar se calma; las tormentas se apaciguan y el viento reposa. También el culpable, aliviado, descansa, encuentra la paz, porque ha llegado a casa.

El infinitesimal instante de rebeldía que le tienta es engullido por el suave fluir del mundo. Asiente, agacha ligeramente la cabeza y suspira. Así sea. Observa el mal hecho y observa el sufrimiento causado. No se arrepiente, simplemente lo observa y acepta la carga que le toca. Némesis.


El agente del castigo se limita a los hechos. Es un angel gigantesco, pero de movimientos gráciles, severo, pero infantil a la vez. Rilke lo vió y coincide en la descripción. Viene con su misión, y la cumple, sabiendo que es la manera de hacer que todo el sistema baje su nivel de energía y se estabilice.
Nadie puede disentir, porque la némesis es el resultado de los hechos anteriores. Nadie (nada) se opondrá a que ocurra lo que debe ocurrir: es justo en sus propios términos y no cabe resistencia. Es terrible pero pacificador y, sobre todo, es así: no cabe rebeldía contra este final, no en un mundo perfecto.

Pero éste no lo es. Obviamente. No cabría, si no, la situación de némesis, porque no habría mal que precisara del ajuste que supone el justo castigo aplicado por el agente idóneo. En lo real, en esto en lo que asentamos nuestra existencia, necesariamente surgen la rebeldía y la disensión, incluso contra lo evidentemente correcto. Porque hay quien está unido al castigado por vínculos más fuertes que la justicia y más poderosos que las fuerzas del bien.

Hay un niño que ama al que ha de ser objeto y sujeto del castigo. Y bajo ningún concepto admitirá la justicia de lo que es justo, ni la inevitabilidad de lo que el cielo ha previsto como inevitable final sanador. Y verá que el ángel es un demonio, y que quien lo manda (lo que lo manda) es un demonio, y que lo que van a hacer ambos no se hace: se plantará en el leve pecho del niño la semilla de la venganza y nada la sacará de ahí, por mucho que el castigado asienta al castigo y explique al niño que debe ser así.

Otra némesis tendrá que acabar con el mal que el portador de la semilla provoque. Por eso la némesis es un ente que no descansa en el tiempo. Siempre hay situaciones de tensión insostenible, en las que su concurso es necesario e inevitable: casi todos asentirán, incluso los elementos, el mar, el cielo y el viento.

Pero siempre habrá una pequeña criatura cuyo alma se rebelará, y aquél que viva miles de años sabrá que el buen angel ejecutor es a la vez el espíritu de Lucifer, todo lo cual hace inevitable la realidad de un universo que se mueve en inabarcables ciclos.

Thursday, July 23, 2009

Desapariciones virtuales

Es extraño.

Hace algunas semanas, TOTÓNIDAS, el blog que editaba mi buen amigo Totón, con muchas visitas y mejor contenido, se despidió de todos nosotros. Había alcanzado un cierto volumen de lectores y era visitado por personas conocidas y no conocidas.

En un momento concreto, Totón se plantea que el blog contenía suficiente información de carácter personal como para que cualquiera (amigo o no) tuviera un conocimiento amplio de muchas cosas que sólo interesaban (o se supone que debían interesar) a los más allegados. La idea de Totón era, precisamente, compartir opiniones, vivencias e historias con esas personas que uno siente más cercanas: familia, amigos...

Cuando las visitas aumentan y el blog comienza a ser visitado por personas de las que Totón no tenía la más mínima referencia, el autor se percata de que ha abierto de par en par una ventana de su casa y hay mucha gente mirando por ella; gente a la que directamente ha invitado, y gente a la que no.

Y con la misma libertad que abre la ventana, la cierra. Y decide que abrirá la ventana (y la puerta de la casa, y la de la nevera si se tercia) a quien en cada momento le apetezca. Esa es la grandeza de la red y la prerrogativa de libertad de Totón.

Lo lamento mucho por los seguidores que sólo tenían contacto con Totón a través de su blog. Seguro que entienden que cuando alguien que ejerce su afición a escribir (y contar cosas con toda libertad) siente que ha expuesto demasiado de su vida personal en el blog y que debe tener cuidado con lo que cuelga o no en la red, ese autor deja de escribir con libertad.

Y ese es, en mi opinión, el momento justo de dejar de publicar en este medio. Chapó para el autor. Quien quiera entender, que entienda. Se pierde (por el momento) una lectura semanal muy querida para muchos de nosotros (es una especie de desaparición o autosecuestro voluntario en la red), pero se gana en verle tranquilo, seguro de que ha hecho lo que debe.

Totón, amigo, te veo en la piscina, y allí me sigues contando lo que hubieras publicado en el blog.

Friday, July 03, 2009

EL MIEDO Y OTROS AMIGOS



¿Conoces la obra del tiburón en formol de Damien Hirst?¿No? Pues hala, te vas a GOOGLE, lo miras y luego sigues leyendo este post. Si lo conocías, seguimos.

Del artista poco se puede decir y, en todo caso, no es el objeto del post. Baste comentar que se trata de la figura más controvertida y económicamente relevante del siglo XX (llevando camino de serlo también en el XXI) a base de obras altamente provocadoras... y carísimas

Una calavera con diamantes incrustados; el mencionado tiburón flotando en formol...

De lo que quería hablar es del simbolismo de este artista, y en especial del de la obra del tiburón. Para empezar, su título (misteriosísimo) nos dará algunas pistas sobre el mensaje: La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo (The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living).¿Dónde quiere ir Hirst y, a la vez, dónde está lo impactante de la obra? En el efecto doble que provoca en el observador:

En primer lugar, cuando uno se acerca a verlo, la imagen del tiburón (de unos cuatro metros) con mirada vidriosa resulta sencillamente sobrecogedora. El hecho de que no esté colgado ni nada similar añade la sensación de que el animal no sólo está vivo, sino que lo está en su medio líquido natural y, además, se dirige hacia el observador. Para abreviar, una cierta impresión de miedo.

En segundo lugar, en cuanto uno se sobrepone a la impresión (ojo, el bicho impresiona; yo lo ví en Londres el año pasado y resulta inquietante) le asalta una suerte de revelación (y aquí es donde entra el título de la obra) y es la de percatarse de que, a pesar de que sabes que el animal está muerto muertísimo, que lleva mucho tiempo en formol y que está dentro de un recipiente con una pared de metacrilato de 5 cm de grosor, aún así te da un cierto miedo.

En ese momento uno se da cuenta de que el miedo es única y exclusivamente una creación mental y que, en cuanto nace, se hace independiente del objeto que provocó su aparición,pasando a actuar como algo autónomo.

El miedo sobrevive a su causa.

Y como ésta, muchas otras (¿todas?) emociones. Somos recipientes de símbolos, depósitos de emociones unidas a un recuerdo, a una activación imperceptible (e impredecible) que nos lleva, en un segundo, a los tiempos en los que el hombre había de vérselas con las bestias cada día y combatirlas para sobrevivir o para morir.

El miedo sobrevive a su causa. El miedo, sobrevive a su causa. El miedo sobrevive; a su causa. El miedo: sobrevive a su causa.

Monday, May 25, 2009

DOS PENSAMIENTOS SOBRE LA MUERTE

El primero es una historia que se contaba de Alejandro Magno, el Grande, el más poderoso de los hombres de su tiempo. Sintiendo cercana su muerte, Alejandro pidió a sus sirvientes y allegados que cuando llevaran su cuerpo sin vida por la ciudad, se ocuparan de que sus manos colgasen libremente a ambos lados del lecho preparado a tal fin.

<<Gran Señor>> - le dijeron- <<La tradición y el decoro mandan que los brazos vayan sobre el pecho del difunto, para así transmitir la idea del sueño, la serenidad y la placidez. El pueblo que lo vea quedará con la imagen de su Señor en actitud de merecido y profundo descanso, pudiendo venerar de este modo la figura del Gran Hombre>>.

<<Sea como os he dicho y no como me decís>> - insistió Alejandro el Grande-. <<Quiero que el pueblo vea que yo, Alejandro, el Magno, con todo mi poder y toda mi gloria, con toda la extensión de mis conquistas, la admiración de mi gente y el temor de mis enemigos, no puedo llevarme nada al otro mundo>> - añadió.

<<Que uno se va de la tierra como vino, y ni el peso de una pluma puede arrastrar consigo, y mucho menos el de la riqueza o la alabanza. Éso es lo que debe quedar en la memoria del pueblo>> concluyó el Gran Hombre.

El segundo pensamiento parte de la historia que cuenta Jodorowsky sobre un maestro zen al que un muy místico discípulo le preguntaba de manera afectada:

<<Maestro ¿qué hay despues de la muerte?>>

A tal pregunta contestó el anciano: <<No lo sé. Todavía no me he muerto>>.

Ambos relatos destilan el mismo aroma de realidad, y nos sacan de un tirón de cualquier delirio de grandeza y de los comunes devaneos con la intelectualización del hecho de la muerte y su reflejo trascendente y de inmediatez. No por ello, sin embargo, se pierde el efecto de parada del mundo que tienen ambas historias, en tanto que nos bajan de la nube y nos colocan en la tierra desde la cual, extrañamente, podemos mirar con más serenidad la odisea de la muerte.

El conquistador quiere, con la casi ridícula exhibición del balanceo de sus manos vacías, decirle al pueblo que la muerte, cuando nos lleva, nos comunica mucho sobre la vida: <<Nada nos llevamos al otro mundo>>. El maestro zen,por su parte, traslada a su alumno que hay un aquí y un ahora, y que la percepción y plena conciencia de ese extremo es lo único que, paradójicamente, le pondrá en contacto con la trascendencia.

Como dijo Paul Eluard, <<Hay otros mundos, pero están en este>>.

Pues eso.

Friday, May 08, 2009

GÁNDARA Y CONFUCIO

Mi admirado Alejandro Gándara escribió un críptico (igual él cree que no, pero lo era) post en su blog "elescorpion" el 4 de mayo de 2009, que decía así:

"Cuando se hallaba en el Estado de Wei, Confucio fue testigo casual del comportamiento de un hijo en el cortejo fúnebre de su padre.

Confucio dijo: ¡Qué admirablemente ha dirigido este hombre los ritos fúnebres! Adoptémoslo como criterio para todos nosotros.

Zigong le preguntó: ¿Qué has visto de bueno en su comportamiento?

Confucio respondió: Cuando marchaba tras el ataúd de su padre hacia el lugar de la sepultura, parecía lleno de añoranza, pero sin permitirse perder el control. Al volver del entierro daba la impresión de encontrarse lleno de dudas, pues no podía saber si el espíritu de su padre estaba en paz.

Annping Chin en 'El auténtico Confucio' (Península), un libro del que les hablaré más, cuenta esta anécdota y añade:

"Sólo un hijo con sentimientos auténticamente filiales se preocuparía por su padre nada más enterrarlo. ¿Podrá el padre acostumbrarse a estar muerto? ¿Se halla inquieto bajo tierra? ¿Ronda aún su espíritu por el mundo terrenal? Lo que preocupa al hijo no son los problemas que el espíritu puede causar entre los vivos, sino si el difunto se hallará a disgusto en sus nuevas circunstancias
".

Alejandro Gándara se cuestionó sobre las ideas que a sus lectores sugeriría su post, y nos dijo educadamente a todos, tratándonos de "Vds":

"A ver qué se les ocurre sobre nuestros muertos, a ésos a los que despedimos incluso en vida".

Y a mí se me ocurrió lo que sigue, qué le vamos a hacer:

"Transferimos a los muertos nuestras inquietudes y temores sobre el fin de la existencia.

Confucio (señor sabio, sin duda, pero no tanto como su mito) encontró motivo de admiración en el comportamiento del hijo de un recién fallecido respecto a su padre. Quizás no estuviera cómodo, quizás no se acostumbrara el finado a su nuevo status...

Al hijo lo acribillaban seguramente contradictorios sentimientos de pena, culpa, esperanza, desazón. La vida sigue su ciclo, lo viejo se va y queda lo nuevo; murió hoy mi padre y nació sin duda cerca de aquí un hermoso niño. Me he quedado solo ¿dónde está ahora mi padre?...

Toda esa batalla interna la intenta sistematizar y hacer intelectual el señor Confucio, y le sigue la señora Annping: puras teorías. El hijo no llora por razones que no podemos saber, y su rostro puede estar ocultando sentimientos mucho más bajos al mudar en dubitativo, como el cálculo de las rentas que recibirá del patrimoni paterno o similares cuestiones.

Sólo el que la lleva (la pena) la entiende. Confucio sería muy buen observador, pero su padre no estaba en la caja ese día
".

Arre.

Sunday, May 03, 2009

Neil Gaiman

No he sido nunca lector de obras de ciencia ficción. Tampoco me ha interesado especialmente el género de las novelas de terror ni el de los relatos oscuros del tipo H.P. Lovecraft.

He tenido siempre la idea de que se trataba de géneros menores, de que poco podría interesarme de ellos más allá de pasar un rato y olvidar el texto casi enseguida. Lectura de consumo (de consumo de tiempo, vamos).

Un día leo en EL CULTURAL de el periódico EL MUNDO una reseña sobre un título de relatos. El crítico identifica al autor como una estrella consagrada en la literatura fantástica, cosa que me extrañó bastante, dado que el citado crítico suele pronunciarse casi exclusivamente sobre novela, y nunca de tipo fantástico o mágico.

Un buen libro de relatos de un buen autor inglés, estrella superventas en Estados Unidos y perfectísimo desconocido en España. ¿Por qué lo publica aquí entonces una editorial de renombre? ¿Por qué la reseña en EL MUNDO?¿Por qué la ferviente recomendación del crítico?

Demasiadas preguntas para un comprador compulsivo de libros como yo, y más cuando las loas y los piropos al arte del autor vienen de uno de los críticos en los que confío desde hace muchos años (ni una sola vez he pensado "pues sí que has acertado con la crítica, hombre de dios¨; ni una sola en muchos años).

¿Lo siguiente? Imagínenlo. Me faltó tiempo para ir a comprar el mamotreto que bajo el título "Objetos frágiles" construyó el inglés Neil Gaiman.

Magia, imaginación desbordante y sobre todo (sí, sí, sobre TODO) una extrañísima cercanía inmediata, casi diría intimidad, con el autor y con cada una de las historias que construye. Hacía muchos años que no entablaba una relación personal de tal calado con un escritor a través de su obra. Si encima resulta que el autor lo es de un género que nunca me ha atraído, la cercanía resulta aun más llamativa.

Todos los cuentos de "Objetos frágiles" tienen una escritura directa y llana, pero poderosa. Poéticamente poderosa a veces, con metáforas extrañamente ocurrentes, que revelan una capacidad de síntesis y de observación absolutamente fuera de lo común. Algunas de ellas lograron hacerme sonreír con admiración de tan acertadas que eran, y en varias ocasiones, la sonrisa tenía que ver con la certeza absoluta (....¿certeza?) de que el autor conocía de primera mano aquéllo de lo que escribía.

Claro que, de inmediato, me asaltaba la perplejidad al caer en la cuenta de que yo mismo estaba atribuyendo al autor un conocimiento de primera mano, personal y directo sobre temas como la licantropía, ciertas monstruosas criaturas marinas que de cuando en cuando salen a devorar a los humanos, dioses que viven entre los hombres y que cogen sus mismos autobuses...

¿Una obra afortunada? No; una no. La sensación de complicidad con Neil Gaiman y la sospecha (absurda y contraria a la lógica más elemental) de que más que un autor con inventiva se trata de alguien que efectivamente ha conocido a hombres lobo y ha bebido vino con dioses africanos en el centro de Londres abonaron mi impulso de conocer más, de ahondar un poco en las letras de alguien capaz de despertar esas sensaciones en mí.

Una ligera búsqueda en la red me llevó a "American Gods", que compré a la primera de cambio, obra en la que constaté con tanta alegría como admiración, que Gaiman no sólo puede escribir cuentos formidables, sino que es capaz de montar una trama grandiosa y desarrollar caracteres tan creíbles como increíbles (lo primero, por la coherencia y el desarrollo de la historia de cada personaje; lo segundo porque esos personajes abarcan desde un medio dios hasta una zombie que no sabe que está muerta, mirando de lado a un dios árabe al que su inmortalidad y los tiempos que corren obligan a trabajar como taxista en Nueva York).

Un genio con todas las letras. Un literato de primera, un inventor de historias dotado con la mayor de las facilidades para envolverte en un mundo mágico sin que te des cuenta, mundo del que sólo puedes escapar cuando Gaiman decide que el relato ha terminado... o no... porque insisto en que mucho después de acabar la lectura queda la desasosegante sensación de que, salvo que lo haya vivido en primera persona, nadie es capaz de inventar ni describir historias como las que cuenta.

Monday, February 09, 2009

Lo que pasa y lo que nos cuentan

El pasado domingo estuvo en casa una persona con gran conocimiento de temas económicos. No me refiero al típico plasta que colecciona titulares a modo de balas y dispara en cuanto encuentra un blanco fácil, no. Me refiero a alguien con conocimiento "desde dentro" del sistema, economista, profesor universitario y ex-alto cargo en el Ministerio de Economía.

La cosa es (me centro en el tema y me dejo de descripciones misteriosas) que esta persona vivió en primera fila la quincena maldita, aquélla en la que la americana AIG tuvo que ser salvada por el gobierno de Bush, Lehman Brothers se hundió y parecía que se iba a acabar el mundo, qué barbaridad.

¿Exageración? Eso pensaba yo cuando las televisiones nos daban las malas nuevas, cuando todo era miedo y consignas tipo "prepárense para lo peor". En efecto, despues de varios días, las cosas se recolocaron algo más y quedó todo como el comienzo de una crisis sin precedentes en la economía de Occidente...

Pero no. La cosa fue mucho peor de lo que nos contaron. Nuestro secreto personaje, de nombre Mirma (nombre tan ficticio como absurdo, para qué engañarnos) nos contó ayer que en Bruselas hubo aquellos días un movimiento inusitado, y con razón; con muchísima razón.

Los ministros de economía de la UE mostraban semblantes muy preocupados, y las conferencias en tiempo real con los Estados Unidos se sucedían: se quiso actuar de manera coordinada, lo cual, si tenemos en cuenta que los yankees sólo entran en ese mode cuando la cosa está muy, muy complica, da idea de lo que rugía debajo.

Se acordó, por ejemplo, no hacer llegar a público conocimiento los temores (más que fundados, a tenor de los números que manejaban los ministros y presidentes) que presidían aquellas teleconferencias y las reuniones posteriores a ambos lados del Atlántico; no informar a los europeos ni a los americanos de que los bancos centrales estaban registrando una avalancha de peticiones de respaldo de entidades financieras; no contar nada sobre los cientos y miles de ciudadanos que acudieron a esos bancos centrales para interesarse por la posibilidad de cambiar sus billetes por oro (sí, sí, hacer efectivo el antiguo compromiso contenido en los billetes de curso legal por el que el banco emisor entregaría al portador el equivalente en oro de la cantidad nominal del billetito) y otras cosas tan aparentemente atrabiliarias como bien fundadas.

No se quiso decir (no se dijo, de hecho) que los mandamases del mundo occidental temieron, durante muchas horas que sumaban algunos días, que el sistema financiero occidental ("no exagero un ápice", me decía Mirma cuando detectaba en mi mirada la sospecha de que se hubiera pasado un poquito con el ron despues de comer) estaba a un pelo de irse por el desagüe literalmente; que la economía simbólica de las apariencias y las anotaciones en cuenta, la de la banca privada y las tarjetas de plástico, reventó como un cohete en el cielo, y que seguidamente se instauraría un nuevo tiempo de pies en la tierra, de trabajo visible y directo con resultado proporcional; de cantidades reales y de rendimientos comprensibles...

Reinó la consigna de no adelantar que la economía del trueque y del comercio sobre bienes palpables acechaba el sistema de vida occidental. Tan así estuvo la cosa, al parecer, tan así.

Y muchos de nosotros pensando que la situación destrozaba los ahorros y las esperanzas de quienes tenían su pasta en los bancos afectados, pero que al resto de los mortales nos pillaba un poco lejos.

Pues no, fíjense. Mirma, despues de comerse otro croissant con Cola Cao en mi cocina, acabó diciendo: "Te vas a descojonar, pero en un determinado momento, sentado en mi despacho en Bruselas, tuve una visión de un mundo como el de MadMax, en el que los ciudadanos en Occidente tendrían que luchar físicamente por la gasolina...".

Mientras, por mi parte, otro croissant dejaba de existir, me reí un poco. Pero por dentro pensaba, "no me voy a descojonar: me acabo de acojonar, que no es lo mismo".

Y hasta hoy. Suerte a todos.